EQUILIBRIO

En mi búsqueda por la fascinación del lenguaje corporal he aprendido mientras trazo ha admirar la estrecha relación que existe entre las luces y sobras que genera tu cuerpo para dar un volumen y forma que nos define como individuos y esas luces y sombras en tu interior que te definen como único y autentico.

Ambas forman “un yo” la materia tangible y la interior entendiendo como luz a todo aquello que anhelamos, aquello que pretendemos ser y que hemos llegado ha hacer, pero acompañado de todas tus sombras que han definido lo que no quieres, los miedos, lo que evitamos. Ese doloroso, pero importantísimo equilibrio que hace ser quién eres. Las manos han sido mi idioma nativo, aquel con el que aprendí a comunicarme durante varios años antes del poder hablar. Las manos al igual que los ojos reflejan nuestra interioridad. Mis manos más que decir, expresan. Más que hablar, transmiten.